Señor Zorro y Señor Gorrión

Señor Zorro y Señor Gorrión

En un vibrante amanecer, Señor Gorrión estaba ocupado recogiendo granos para su desayuno en el campo. Mientras picoteaba feliz, escuchó una astuta voz que lo hizo estremecerse:

—¡Vaya, vaya, Señor Gorrión! —exclamó Señor Zorro, apareciendo entre los arbustos—. Parece que he encontrado mi desayuno.

Rápidamente, Señor Gorrión vio unas ramas gruesas sobre ellos y rápidamente ideó un plan.

—Estoy seguro de que soy un bocado tentador, pero apenas llenaré tu estómago —contestó Señor Gorrión, señalando hacia el cielo—. Si me dejas ir, puedo guiarte hacia un campo donde los ratones son abundantes y gordos. Sería un festín comparado conmigo.

Señor Zorro, con hambre y tentado por la oferta, asintió y permitió que Señor Gorrión volara delante para guiarlo.

Al llegar al lugar, Señor Gorrión le indicó:

Prepárate para cazar, Señor Zorro. Los ratones están justo debajo de esas ramas.

Señor Zorro se colocó debajo, listo para atacar. En ese momento, Señor Gorrión voló hacia las ramas y con un fuerte aleteo soltó una lluvia de nueces duras que cayeron justo sobre Señor Zorro, aturdiéndolo por unos instantes.

Aprovechando el desconcierto, Señor Gorrión se alejó rápidamente, dejando a un Señor Zorro confundido y sin desayuno.

Moraleja: La ingeniosidad puede salvar incluso en situaciones desesperadas.